Se espera que las aerolíneas europeas que cuentan con MAX en su flota anuncien pronto la reanudación de operaciones con la aeronave
Este 27 de enero se confirmó la aprobación de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) para la vuelta del Boeing 737 MAX a cielo europeo. Tras un largo proceso de verificación y pruebas a lo largo de 20 meses, la agencia de seguridad del viejo continente se unió a otra alrededor del mundo, brindando el visto bueno a la aeronave.
El director ejecutivo de EASA, Patrick Ky, aseguró tener plena confianza en la seguridad de la aeronave luego de haber sido evaluada a profundidad. Sin embargo dejó claro que el organismo seguirá monitoreando las operaciones del MAX a medida que aumenten su número de vuelos dentro del continente, agregando que el fabricante "se ha comprometido a trabajar para mejorar aún más la aeronave a medio plazo".
Luego del anuncio oficial publicado por EASA en su página oficial se espera que las aerolíneas europeas que operan el Boeing 737 MAX hagan oficial su adición a las programaciones de vuelo. Esta noticia llega en medio de una segunda ola de contagios por Covid-19 en el continente, además de un nuevo incremento en las restricciones y medidas aéreas con el objetivo de su disminución.
La verificación de la EASA se basó en cuatro puntos importantes que van desde el "entendimiento suficiente" de los dos accidentes del MAX en 2018 y 2019 (Lion Air y Ethiopian Air), aprobación de los cambios realizados por Boeing, revisión completa de los técnicos de EASA y nuevo entrenamiento para pilotos y tripulantes del 737 MAX.
En el informe se especificaron los cambios ordenados por la EASA en su nueva directiva de aeronavegabilidad para la aeronave, siendo un total de siete, al menos sin el desglose detallado. Cabe destacar que las modificaciones físicas exigidas por la agencia europea son las mismas contempladas en la resolución de la Administración Federal de Aviación.
Actualizaciones de software para la computadora de control de vuelo, incluido el sistema MCAS (causante de los accidentes con víctimas fatales del MAX).
Actualizaciones de software para mostrar una alerta en caso de desacuerdo entre los sensores de ángulo de ataque.
Separación física de los cables tendidos desde la cabina hasta el motor de compensación del estabilizador.
Actualizaciones de los manuales de vuelo para que los pilotos puedan comprender y gestionar todos los escenarios de falla relevantes.
Entrenamiento obligatorio para todos los pilotos del MAX.
Pruebas de sistemas, incluido el sistema de ángulo de ataque.
Un vuelo de disponibilidad operativa sin pasajeros debido al largo almacenamiento de la aeronave.
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