Fotos: Prensa Lufthansa
Una de las mejores cosas que nos pueden pasar al viajar en un vuelo de largo recorrido, es ver una hilera de asientos vacíos donde poder acostarnos y dormir durante el vuelo, sin necesidad de pagar un costoso asiento en Clase Ejecutiva. Por esta razón es muy común que luego del despegue, nos levantemos de nuestro pequeño e incómodo asiento, para emprender la búsqueda de esa fila sin pasajeros; si la encontramos, habremos ganamos la lotería.
¿Y qué tal si este concepto, amado por los viajeros de clase económica, lo comercializamos?
Esto es precisamente lo que Lufthansa quiere hacer: poder acostarnos en clase económica sin la necesidad de pagar clase ejecutiva; y ocurre justo en medio de la peor crisis de la historia de la aviación, donde los factores de ocupación están por los suelos y los ingresos de las aerolíneas severamente mermados.
El concepto será probado inicialmente en la ruta Frankfurt-Sao Paulo, y permite al pasajero adquirir, por un monto adicional, el viajar en tres o cuatro asientos, dependiendo de la configuración del avión; Además el pasajero contará con prioridad de acceso en embarque, una almohada, una cobija y un cobertor para los asientos, algo muy importante que evita que nos lastimemos con los cinturones de seguridad o la incomodidad de estar acostado sobre tres cojines separados.
Reinventarse para generar ingresos
Una de las ventajas de este modelo es que permite incrementar los ingresos por pasajero, atrae a más viajeros por ser una medida que fomenta el distanciamiento personal y sopesa de alguna manera las pérdidas, debido a la gran cantidad de asientos que vuelan vacíos hoy en día en gran parte de las rutas y aerolíneas del mundo.
Sin lugar a dudas, la industria aeronáutica ha cambiado y las aerolíneas deben adaptarse y crear estrategias para sobrevivir a estos duros tiempos; el pasajero de clase turista lo agradecerá.
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